jueves, 27 de marzo de 2008

Moda gustosa

Lo último de la moda desfila en los restaurantes. No satisfechos con vestir a los ricos y famosos, los diseñadores ahora también quieren alimentarlos.

En los últimos años, marcas de moda de lujo como Arman, Dolce & Gabbana y Gucci, han añadido restaurantes y cafés a su extenso menú de exclusividades. Milán es el hogar de varios de estos establecimientos, en el mismo barrio donde muchos de los diseñadores tienen sus principales tiendas.

El negocio culinario complementa una tendencia más amplia en el sector de lujo, donde los creadores de moda empezaron produciendo vestidos, pero imprimen ahora su nombre también en muebles, hoteles y hasta chocolates.

Los restaurantes ofrecen a los diseñadores un nuevo canal para expresar su creatividad en detalles como la decoración y los uniformes de los meseros. Todo eso, sumado a platos y bebidas de lujo, permite envolver a su clientela en un aura de ensueño.

Una velada en Armani/Nobu, por ejemplo, donde todo, desde la iluminación hasta los palitos chinos, parece reflejar la visión del diseñador, hace al visitante sentirse parte de este universo exclusivo, más que cuando compra sábanas Armani.

Armani/Nobu exhibe muebles de madera y una sobria iluminación naranja. En su planta principal se puede degustar una barra de sushi y en el segundo piso, el clásico menú del celebrado chef Noboyuki Matsuhisa, con influencias japonesa y peruana.

Gucci Café nació luego de que los administradores de Galleria, el elegante centro comercial donde se ubica la tienda de carácter como el centro de la cultura del café de Milán. Luego, Gucci agregó el restaurante a su tienda, pero no tiene planes de abrir otros.

Pero hay otros ejemplos. Bulgari ha llevado el diseño y el ambiente a otro nivel, creando un restaurante con una atmósfera tan refinada como su joyería.

Lo mismo hizo Gold de Dolce & Galbana.
Se trata de un restaurante decorado en oro, el color del lujo y del exceso, que contrasta con el equilibrio de su carta ligera y de inspiración mediterránea.
En el primer piso, el ambiente es más formal y los platos son más sofisticados. En el sótano, el menú incluye pastas y carnes básicas. La lista de vinos italianos y franceses asciende a 3,500 opciones.




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